«El teatro es la poesía que se sale del libro para hacerse humana», decía Federico García Lorca. Esta frase siempre ha impulsado mi carrera, no concibo otra forma de vivir ajena al cine, o al teatro. Por ello, llevo formándome desde los siete años en distintas escuelas de interpretación, hasta graduarme en Artes Escénicas en la Universidad Nebrija. La posibilidad de ceder mi cuerpo, voz y emoción a los personajes para contar historias me resulta maravillosa.

Mi abuela siempre me dice que he heredado su gen de artista, pues en ningún lugar soy más feliz que sobre un escenario, o ante una cámara. Ser artista es una pasión, una forma de vida que me impulsa a crear personajes, a imaginar historias y a introducirme de lleno en otras realidades, diferentes a la mía.

Sin embargo, no solo se necesita vocación, sino que también hay que ser trabajadora, constante y paciente. Día a día trato de superarme y de crecer hasta convertirme en la mejor versión de mí misma, aprendiendo de los mejores profesionales y sobre todo, escuchando, que es la clave la interpretación y de la vida.